Guzmán Rodríguez, futbolista de Peñarol, envió una carta al Consejo Directivo del club en la cual explica con lujo de detalles que el presidente de la institución, Ignacio Ruglio, no cumplió con su palabra en lo que refiere a un aumento de sueldo prometido, vinculado con una oferta que recibió el jugador para irse al Getafe de España.
Guzmán Rodríguez acusa a Ruglio de “maniobra fraudulenta” y se refiere a un “comportamiento poco honesto que Peñarol está teniendo conmigo”, aunque más adelanta aclara que “Peñarol no es únicamente su presidente. Es una institución seria, grandísima, con inmensa trayectoria, y gobernada indirectamente por sus socios que son quienes han nombrado a este Consejo Directivo. Si es que la decisión de la institución es incumplir el acuerdo que ya teníamos cerrado, por la simple razón de que obré de buena fe y confié en su palabra, quiero al menos que me lo comuniquen frontalmente y que no sigan jugando conmigo”.
Carta completa del jugador Guzmán Rodríguez al Consejo Directivo de Peñarol:
Montevideo, 24 de setiembre de 2024
Señores del Consejo Directivo
Club Atlético Peñarol
Me dirijo a ustedes por este medio ya que, de un tiempo a esta parte, mi comunicación con la institución -en lo que a mi situación contractual respecta- se ha vuelto dificil, poco clara e intermitente. Paso a explicar.
Como ustedes sabrán, llegué a Peñarol procedente de Boston River. El acuerdo entre ambos clubes determinaba que si en el transcurso de mi vinculación con Peñarol se recibía una oferta de compra superior a cierta suma de dinero, no era necesario contar con el consentimiento de Peñarol, siendo suficiente con que estuviera el de Boston River y, lógicamente, el del jugador.
Por tal razón, al finalizar el primer semestre el presidente Sr. Ignacio Ruglio se contactó para acordar una fórmula que asegurara mi permanencia en Peñarol hasta diciembre del presente año. En esa ocasión manifesté que me comprometía a no abandonar el club antes de diciembre 2024, a cambio de que mi salario mensual aumentara a U$S 24.000 y Peñarol me cediera algo equivalente al 10% de mis derechos económicos. Esto último como forma de compensar la diferencia entre el salario que me estaban ofreciendo terceros equipos y el que yo le pedía a Peñarol. Y todo con la excepción del mercado europeo, donde anhelo jugar, con fecha límite 1/8/24. Es decir, si antes de esa fecha tenía la posibilidad de ir a Europa, podía irme. Pasada esa fecha ya no me podía ir.
La respuesta dada a través del presidente, fue que Peñarol accedía a aumentarme el salario a U$S 20.000 y además cederme el 5% de mis derechos económicos. Acepté que el salario pasara a U$S 20.000 pero me mantuve en mi solicitud inicial respecto al porcentaje. Peñarol también se mantuvo en su oferta y entonces no hubo acuerdo, razón por la cual quedó claro entre ambos que existía libertad de acción y que, en caso de recibir una oferta que fuera interesante, yo lo evaluaría.
Un tiempo después, concretamente el día 6/8/24, como ustedes saben, recibí una propuesta de transferencia del equipo español Getafe CF. En lo que respecta al monto de transferencia, este superaba lo necesario para prescindir del consentimiento de Peñarol. Por tal razón, se comunicó el presidente de Peñarol de forma inmediata para pedirme que no aceptara la propuesta y, ante nuestro planteo, manifestó que Peñarol accedía a concederme lo solicitado oportunamente. Esto es, U$S 20.000 de salario y el 10% de mis derechos económicos. Esto se encuentra registrado en mensajes de texto que desde ya pongo a su disposición, y tengo además en mi poder el borrador de contrato que registra tal acuerdo.
Automáticamente que cerré tal acuerdo con Peñarol, le di mi palabra al cuerpo técnico de que no me iría y comuniqué al Getafe CF que no aceptaba la propuesta.
Cumplido esto, como por arte de magia, el presidente de Peñarol, sin un fundamento sensato, sin una razón, sin decírmelo frontalmente, dando respuestas evasivas, ensayando distintas maniobras con el fin de evitar el tratamiento del tema, transmitió que no firmaría el acuerdo convenido.
Si no movilicé esta vía antes, fue porque aposté a tener en algún momento un diálogo coherente, frontal, en el que pudieran explicarme la razón de semejante maniobra fraudulenta, y en el que pudiera hacerlos rever su decisión. También fue porque en múltiples encuentros personales el presidente me manifestó que me quedara tranquilo que él se encaragaría de solucionar lo mío.
El último episodio ocurrió hace 4 días. El presidente Sr. Ignacio Ruglio me mandó un documento digital, en el que se indicaba que se me pagaría una compensación por la explotación de mis derechos de imagen en el exterior, equivalente a U$S 7.000 mensuales, pagaderos al finalizar nuestro vínculo contractual. El documento se encuentra firmado únicamente por el presidente (desconozco si eso es suficiente para comprometer al Club Atlético Peñarol). Puedo intuir que se buscó de esa forma aparentar cumplir con el aumento de salario solicitado (actualmente gano U$S13.000). Es una muestra más del comportamiento poco honesto que Peñarol está teniendo conmigo. Un aumento de salario no es una compensación por imagen a pagarse quién sabe cuándo, cómo, y si es que algún día se paga.
Entiendo que Peñarol no es únicamente su presidente. Es una institución seria, grandísima, con inmensa trayectoria, y gobernada indirectamente por sus socios que son quienes han nombrado a este Consejo Directivo.
Si es que la decisión de la institución es incumplir el acuerdo que ya teníamos cerrado, por la simple razón de que obré de buena fe y confié en su palabra, quiero al menos que me lo comuniquen frontalmente y que no sigan jugando conmigo.
Yo cumplí con Peñarol y voy a seguir cumpliendo adentro de la cancha, pase lo que pase, independienemente de cualquier circunstancia. Espero que Peñarol cumpla conmigo.
Les agradezco mucho su atención y los saludo con afecto,
Guzmán Rodríguez.